¿EGOÍSTAS O PASOTAS? ¿MAL-EDUCADOS, TAL VEZ?

¿En esto nos estamos convirtiendo? En la sociedad actual se puede encontrar cada vez más ejemplos de este pasotismo o egoísmo general. Cada uno va a la suya, nadie mira nada más que sus propios pies. Allá a donde vamos nos tratamos a golpes de "yo primero" sin importarnos nada más. Por ejemplo, conducir hoy en día no es tan peligroso por los accidentes realmente accidentales sino por la capacidad de uno mismo de pensar en los demás. ¿Para qué voy a poner los intermitentes, para que el de detrás sepa lo que voy a hacer? ¿Para qué voy a mirar por los retrovisores, para ver qué va a hacer el de atrás? ¿Para qué ir por el carril que me toca? si quiero ir por el de la izquierda a 40 por hora voy y punto, los que van rápido que se fastidien. La gente se sube al coche y se olvida de que no es el único conductor sobre la faz de la tierra, se olvida de que si no se piensa en los demás, se provocan accidentes sin parar. Otro ejemplo muy común es el de la persona que entra en una tienda y se salta todas las colas diciendo "sólo quiero hacer una pregunta", y es atendida la primera, es la que más tarda, y lo mejor, ¡no se siente mal! ¿Es esto cara dura? ¿es falta de educación? ¿egoísmo? ¿cómo llamarlo? No nos podemos olvidar, por supuesto, de la nefasta atención al cliente de muchas empresas y comercios, por culpa de que la persona encargada de ello es, como hemos dicho antes, o egoísta, o pasota, o maleducada. ¿Cuántas veces hemos entrado en una tienda, o un banco, o donde sea, y la persona que nos tiene que atender está hablando con el compañero de algo personal o hablando por teléfono de algo personal, y es incapaz de cortar la llamada o la conversación para atenderte y no hacerte esperar 5 minutos? ¿Por qué a nadie le importa hacer perder el tiempo? ¡el tiempo es lo más precioso que tenemos!
En fin, hay tantos y tantos ejemplos de este egoísmo social que a veces hay que armarse de paciencia para no pelearse con todos. Sin embargo, también hay personas que optan por defender su posición en cualquier momento y eligen las discusiones en medio de la panadería, los insultos y las pitadas en la carretera, incluso se llega a los golpes y denuncias. Quizá dependa del día que uno tenga, quizá del carácter, quizá del número de gotas que colman nuestros vasos.
¿Hacia dónde vamos entonces? ¿Es este el inicio del fin de la buena educación, el inicio del fin de la sociedad solidaria? ¿Tal vez el empeño mundial por globalizarnos a todos, por unirnos a todos, nos esté individualizando cada vez más?
Hoy, de nuevo, lanzo el debate al aire.